DÍA 15 Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido
Reflexión “El Padre, en efecto, "tanto amó al mundo, que le dio su unigénito Hijo" (Jn 3,16) para la salvación del mundo; para la salvación del hombre, para que él "no perezca, sino que tengo la vida eterna" (ib.).
El Corazón de Jesús está por tanto lleno de amor al hombre. Está lleno de amor a la creatura. Lleno de amor al mundo.
¡Está totalmente lleno! Esa plenitud no se agota nunca. Cuando la humanidad gasta los recursos materiales de la tierra, del agua, del aire, estos recursos disminuyen, y poco a poco se acaban.
Se habla mucho de este tema relativo a la exploración acelerada de dichos recursos que se lleva a cabo en nuestros días. De aquí derivan advertencias tales como: "No explotar sobre medida". Muy distinto sucede con el amor. Todo lo contrario sucede con la plenitud del Corazón de Jesús. No se agota nunca, ni se agotará jamás.
De esta plenitud todos recibimos gracia sobre gracia. Sólo es necesario que se dilate la medida de nuestro corazón, nuestra disponibilidad para sacar de esa sobreabundancia de amor. Precisamente para esto nos unimos al Corazón de María”.
Propósito: No quejarme de las comidas, el calor, las personas que me cuestan, etc.
Jaculatoria: JUSTICIA del Corazón de Jesús, no abandonéis mi corazón.